30 Nov «LA BATALLA DE LA VUELTA DE OBLIGADO» DE MELISSA OLIVARES, POR MAX ORLANDO PINEDO YAHUANA

En el intento de interpretar La batalla de la vuelta de obligado de Melissa Olivares, es necesario crear un pacto con el inconsciente para no naufragar atravesado con los asedios simbólicos de las saetas que en muchos versos se configuran como proyectiles perdidos que la razón no alcanzaría a comprender. La poética de Melissa Olivares dista mucho de parecerse a la poesía tradicional benevolente de verso simple, de ritmo consonante. Esta se elabora a partir de lo alegórico, del juego metafórico, en el que lo simbólico, representado a través de flechas, que bien podrían ser navajas o alfileres o pequeñas agujas, abre surcos que separan la piel por capas hasta llegar mundo caótico interior para traer al exterior a un sujeto patológico que se perdió en los recuerdos de los años, de la distancia que muchas veces es causante de la disyunción del yo poético con su objeto de deseo.
La búsqueda de la libertad: persistencia conflictiva entre el yo poético y el gran Otro.
Más allá del hecho histórico sucedido en Argentina en el siglo XIX cuyo objetivo fue la independencia o la libertad de una nación que trataba de independizarse del yugo occidental, debe comprenderse el término batalla como un conflicto entre el yo poético y el gran Otro entendido, este último, por el psicoanálisis como «una agencia oculta ‘que mueve los hilos’, que maneja el espectáculo entre bastidores», esta «entidad» muchas veces se resiste a ser simbolizada:
No dices nada
No eres nada
Madera
Piedra
(De Euides primer poema p10)
[…]Descontrolo los momentos
tu voz se hace el enemigo
de una batalla ausente en la espera de mi ventana
A dos aguas
soy la vencida
de un batallón interno
la pregunta emparentada
a mi coacción
la enemiga de tu espera
la corrosión a tu pasión
¡Y yo no soy! […]
(De a dos aguas décimo poema p46)
Y otras es «la agencia del puro aspecto exterior, de una apariencia que es, no obstante, esencial, es decir, que debería preservarse a cualquier precio» de esta manera el gran Otro del que busca liberarse el yo lírico, permuta entre lo visible exterior y como una fuerza que se escabulle entre las sombras para ser percibido como un objeto de deseo por la mirada distorsionada del yo poético:
[…]Espero a tu espejo
que se vuelve yo
cuando me ves […]
(De Euides primer poema p10)
El yo lírico se manifiesta como una voz que se construye en el Otro y adopta, de acuerdo al contexto una postura subordinada, se deja significar, es, de alguna manera «cosida» por las flechas, al significante amo, y por otro lado es una voz que adquiere matices de rebeldía:
[…]Pero el color tiene dos horas antes
…no soy tuya
Una ranura y podré escapar
¡Ya no me beses! […]
[…]Tú no dispones
Tu dios mata
…y matas […]
(De Euides primer poema p10)1
[…]Yo no soy Él
pero por una distinción tuya
tengo más días para mentirme
y socavar pedazos de lago de tu rostro
Ahogada en la espera
de no sentir como Él […]
(De Identidades en clausura p50)
¿Es posible distinguir al destinatario, al gran Otro, o al significante amo? ¿de qué formas se configura en el orden simbólico? Recordemos que los destinatarios de todo producto estético que pretenda mínimamente causar algún tipo de catarsis en el receptor, y, en este caso en particular, en la poesía que estamos analizando, son los lectores; sin embargo, si somos más observadores, la voz poética presente a los largo de los veinte poemas que conforman esta entrega, tiene definido al verdadero destinatario que no es más que el gran Otro, aquel que subyace camuflado en los versos y que fueron el objetivo primigenio por el que fueron pensados. No obstante, con una mirada incisiva se puede develar en muchos versos esta alteridad, algunas veces en términos de la fonología, se usa a una vocal como un espacio que requiere ser pronunciado y que necesita de una consonante (el Otro) para poder construirse así misma y adoptar cierto sentido en el universo de las palabras:
[…]Se sabe que esta vocal
equidista con tu consonante
Que me ha cerrado los espacios
Antidepresivos […]
(De Euides primer poema p10)
[…]Adiós
no te digo adiós
esta vocal es una negación invertida
de su misma forma […]
(De Esquela imposible, sexto poema p30)
El significante es libre y redefine de forma constante a la voz poética:
«[…] Adjetivo malo
Extrajiste mi idea de caminar
El pretender
Es un terror sintáctico
–no sé más–
Sí, sí
Puedes filtrar mi vanidad
Tampoco sé qué es ella
si estás atascándome
en los bolsillos caninos
de tu no pretender de dudas
Por hoy soy lo que elige […]
(De caballo bayo, segundo poema, p14)
También se manifiesta como un reclamo de lo ausente en forma de un párrafo que duele:
[…]porque el poema es una parada
de metro que no hay en mi ciudad
porque los cuadrantes son historias secas
y las bisectrices una caja de lencería
que también cargo yo
El significante también es un párrafo […]
(De Seda – Se da último poema p86)
La ciudad en los versos anteriores se concibe como significado de la soledad, de la lejanía de la voz poética respecto de su objeto de deseo, la lejanía es una separación castrante, que separa a dos instancias, al significante del significado, al gran Otro del yo poético, a la consonante de la vocal, a occidente de oriente, al síntoma del sujeto paciente, al allá (Buenos Aires /Argentina/ Girondo/ Dialecto/tango) del aquí (Lima/mi país/hastío/bandera roja y blanca /quechua):
[…]Se me pasa el “ir” sin que llegues
Se me vienen los “sha”
con una negación finita[…]
(De caballo bayo, segundo poema, p14)
[…]Espera… me falta una rama peruana
ya casi agoniza
Por favor no despiertes […]
(de Epicrisis cuarto poema p22)
[…]Amaneceres inconsistentes
pisadas frágiles
cortes radiales
Todo se mide aquí
en el imperio de lo cerrado
causticidad realista
quiero atardecer
con el silencio de Argentina
Una vez más pierdo los grados
Naufrago con el impedimento
Yo no sé ser aquí […]
(De escaramuzas quinto poema p26)
[…] ¿Cuál es tu nombre?
Te volví la parte del todo
de un día en Buenos Aires […]
(De Esquela imposible sexto poema p30)
[…]No se quiere que toda la vida sea un tango
pero he visto un bandoneón
que cronometra
un orden existencial
uno narcisista
que se odia y nos odia
por dar un contrapaso en diagonal […]
(De permisos inventivos octavo poema p38
[…]Una medición catatónica
arguye que Lima
es una esfera aterradora
una colaboración
que suspira sádicamente
ante el paroxismo de mis manos
que desean versificarte
desde el cero menos colmado […]
(De Estiletes para vos noveno poema p42)
[…]Del lado izquierdo
mis ojos revisan tu rastro de madrugada
procuran azular el viento de Lima
para que el beso
arme castillos en mi memoria
Como allá, como de a 7 y 8
como de a medialuz
Una lágrima afina mi palabra
que se instaló en mi Yo
que solo es contigo
Tiempo inverso
Tiempo nuestro […]
(De This is the left p54)
Una banderola roja y blanca
que se recuerda en el metro […]
(De Logan p62)
Piérdeme la espera
que esta vida es un círculo quechua de mi país
pero infértil en cada mes
(De Aerógrafo p66)
[…] Muele mi cabello
si extrañas mi aroma
desfasa mis hombros
si precisas abrazos
y cuida que duerma allá
Cuídame de Lima […]
(De Alexander McQueen p70)
El yo poético busca a través de la costura, unir estos puntos equidistantes, la rasgadura de la tela, que bien podría ser una herida expuesta que el mecanismo de defensa biológico querrá sanar de inmediato; sin embargo, en este caso no hay antibióticos, pero con suerte sí habrá antidepresivos (palabras, gritos, conflictos, rebeldía o la muerte misma), ya que la herida expuesta no sangra si no es hacia un mundo interior, son heridas del alma que la voz poética tratará de suturar, según nuestra interpretación, para buscar su libertad, la misma que sería su tranquilidad negada, por la misma voz que a veces se siente libre en prisión y termina por desgarrar ella misma la sutura que en algún momento la curó. De esta manera, la voz poética se siente en determinadas circunstancias oprimida por un corsé simbolizado por flechas que convergen hacia lo interior, Los poemas Barroco y Aerógrafo son un ejemplo de esta actitud:
[…] ¿Comprimes
para una
parada
[…]¿Comprimes
para una caída? […]
[…]Tanto para ser un corsé de puntos[…]
En ocasiones, los trazos son alambres que, si bien cambian de significante, connotativamente su significado evoca sentimientos de prisión, veamos el poema Epicrisis:
[…]Sacar el cuerpo
para llegar al alma
Punzadas saturadas
que ahogan
mi plexo cardiaco
Alambres
carceleros
que se treparon
a mi diafragma […]
Así mismo, la costura puede simbolizar a los grilletes o astillas autoritarias; sin embargo, si en un momento la costura significó la suturación de una herida expuesta y resultó en ese contexto una cura, esta misma costura puede resultar opresiva en otras circunstancias, y romper dichos hilos para continuar existiendo:
[…]Descoser
la inmortalidad de una frase almidonada
endurecer los muslos con cintas en nudo
Hay algo de revancha en una imagen perfecta
Reloj con púas
o reloj de encaje
que te ha apuñalado
pasando el meridiano en su obsesión milimétrica […]
(del poema Página opuesta)
Hemos recibido con mucha expectativa esta primera entrega de la poeta Melissa Olivares, como lo hemos sostenido en este comentario, el poemario reclama una lectura más allá de la mera interpretación racional. Es necesario involucrase con la voz poética y dejarse llevar por lo trazos imaginarios que señalan sus flechas, agujas, astillas o proyectiles hasta llegar a develar la intención, que no es otra que develar una batalla para tratar de sanar el vacío que produce la distancia y de esta forma adquirir un espíritu de libertad que en todo momento es una búsqueda incesante. En términos generales, no nos queda más que agradecer a su autora por habernos transportado con esta ópera prima a universos inconscientes que quizá nuestro espíritu consciente teme visitar. Recomendamos que sufran este poemario y formen parte de esta batalla entre el no yo y el gran Otro.
1 Se recomienda forzosamente verificar la construcción de los versos en el mismo poemario de acuerdo como están siendo citados, ya que la complejidad formal con el que se plasman de forma escrita, hace bastante complicada la labor de citar.
DATOS DEL LIBRO:
LA BATALLA DE LA VUELTA DE OBLIGADO
MELISSA OLIVARES
ALASTOR EDITORES
NOTA BIOGRÁFICA
Melissa Olivares Navarro (Lima). Estudió literatura hispanoamericana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cursa la carrera de Arte, moda y diseño textil en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Estudia la maestría en Estudios literarios y teatrales en la Universidad de Granada (España).
Ha participado en diversas revistas literarias y en festivales de poesía y literatura en el Perú. Destaca su participación en Poesía escrita por mujeres y Cuento y Poesía en la Revista de Literatura y Cultura, Ínsula Barataria N°20 (2017) e Ínsula Barataria N°22 (2019) respectivamente.
Publicó dos poemas actuales y el artículo crítico “«El yo psicótico, el goce de la palabra o el enunciado sin enunciación en el poema «La brisa del N.O.» de Ocho cuartetas en contra del caballo de paso peruano(2008) de Mario Montalbetti.» en la Revista de Literatura Lucerna N°12 (2019)
Ha publicado su primer libro de poesía “La batalla de la vuelta de obligado” (Alastor Editores, 2019).
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